Aunque cada vez menos, aún puede encontrarse en el embalaje, junto a la serie de calibres seleccionados para ese juego, indicaciones sobre la tensión de afinación de cada cuerda. La competencia de cifras, y la tendencia de los usuarios a probar una tensión cada vez mayor, ha llevado a algunos cordeleros a autodefinir su propio concepto de alta, media o baja tensión, advirtiendo que su tensión media es alta para otras marcas. ¡Si no hay normas comunes, por qué no confundir con las propias!.
D´Addario fue uno de los primeros en explicar de dónde procedían esas cifras. Según indican en su página “Basados en la afinación estándar y la longitud de escala, estos cálculos ayudaron a los intérpretes a tener una mayor comprensión de lo que hay detrás de su sonido y de la sensación táctil”.
Diversas actualizaciones han conducido a programas de cálculo como Strings Tension Pro. Ya no se habla de las ecuaciones que las soportan,
Sin aclaración alguna, llegar a descubrir que son valores relativos, pero no reales, requiere el uso de dinamómetros y calibres de precisión.
Muy difícilmente se van a cumplir si se suprime la información que ayudaría a los interpretes a entender por qué la mejor cuerda, natural, aquella de nailón o cualquier otro polímero sintético, cambia su sonido de forma caprichosa. Mientras sigamos sin saber qué podemos esperar de una cuerda, dejaremos a merced de nuestro estado de ánimo, o a un indemostrable súbito deterioro,como causa para sustituirlas por otras nuevas.